martes, 17 de enero de 2012

Sandesh


Hace apenas unos años los papeles estaban invertidos. Era mi padre quien guiaba a mi hijo Sandesh de la mano para que no tropezara por estas calles a medio asfaltar y mi hijo el que le proporcionaba la alegría de vivir. Pero papá ha envejecido tanto que ahora es Sandesh quien le ofrece ayuda al andar y papá el que le da apoyo psicológico. Desde que nos mudamos a la ciudad hace tres años, el comienzo de curso para Sandesh es siempre una batalla. Le cuesta seguir instrucciones y yo no puedo evitar culparme por ello; en casa seguimos hablando hindi y su inglés no es tan fluido como el de los otros niños de Agra. Yo creo que por eso desconecta con tanta facilidad. Al parecer, su cara de ausente es tan evidente que su maestra suele bromear al respecto. Él solo repara en ello cuando oye las carcajadas de sus compañeros. Papá tiene otra explicación. Le dice que no se apure, que él era igual cuando niño y le cuenta que, aunque nunca fue al colegio, le encantaba soñar despierto cuando se encontraba rodeado de gente, ya fuera en el tren camino a los arrozales o en las fiestas familiares. Entraba en trance y se ponía a inventar los pasados y futuros de los que le rodeaban. Luego le recuerda que su nombre, Sandesh, significa ‘mensaje’ en sánscrito y le asegura que un día esa luz del sol terminará por iluminarlo; entonces, todas esas historias que  hoy ocupan su mente se convertirán en grandes mensajes de ficción que alegrarán el espíritu de mucha gente. Observo ese rayo de luz atravesando su pequeño cuerpo y rezo para que así sea.

2 comentarios:

  1. Buenos días, me encanta. Gracias por alegrarme el inicio del día.
    KW de CSD xx

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  2. Gracias a Vds. por ponerle música a mis mañanas. Mis días son siempre más luminosos cuando me doy un paseo por Ciudad Sin Discos. Y mil gracias por pasarte por aquí, KW. xx

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